miércoles, 10 de marzo de 2010

VOLARÁS CON TUS ALAS POR EL CIELO

Volarás con tus alas por el cielo
a poner en las nubes colorido,
y unas gotas de lluvia refinadas
a la tierra vendrán con gran sigilo.

Pero el beso tan fresco de la brisa,
ese beso invisible y tan distinto,
a tu cuerpo envolvió en aquel momento
y cambió para siempre tu destino.

¡Cuántas letras tus labios murmuraron,
cuántos besos pacientes recibidos,
cuántos sueñós llegaron a tus ojos
que a la vez, te arrancaron mil suspiros!

Es por eso que vuelas por el cielo
con un ramo de rosas y de lirios,
a buscar a ese ser, que tras la brisa,
fue el causante del vuelo repentino.

Las gaviotas saludan a tu paso,
y las tardes se tiñen de amarillo,
y se masca la paz entre las almas
en un marco de luz y colorido.

Pero tú, soñadora irreverente,
con tu vuelo te acercas a los niños,
a ese mundo tan tierno y delicioso
que acelera sin pausa los latidos.

Y te posas paciente en ese parque,
vas en busca del banco de los tilos,
aquel sitio tan dulce y sugerente
que del beso tan bello fue testigo.

Y te faltan entonces las palabras
y unos labios se acercan sin aviso,
unos besos del aire renovados
que la brisa te deja con cariño.

Es entonces que se alza tu mirada
contemplando al amor con tus ojitos,
y notando ese dardo entusiasmado
que atraviesa tu alma y tus sentidos.

Se producen entonces los silencios,
las palabras se quedan en los libros,
y los cuerpos se aman dulcemente
entre besos, abrazos y suspiros.

Rafael Sánchez Ortega ©
10/03/10

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