viernes, 6 de agosto de 2010

HE VENIDO A BUSCAR LA SOLEDAD

(Por ti me encuentro ahora, constelados hallazgos,
limpios de otro deseo,
el sol, mi dios, la noche rumorosa,
la lluvia, intimidad de siempre,
el bosque y su alentar pagano,
el mar, el mar como su nombre hermoso).

Luis Cernuda

***

He venido a buscar la soledad,
la soledad, al fin, de los que mueren,
la eterna soledad en el vacío
que espera con paciencia reticente.

Hay almas que se ahogan en silencio,
sedientas y sin agua que las lleve
el líquido preciado hasta los labios,
la mano y la caricia hasta su frente.

Por eso yo comprendo a los que rezan
y miran a las nubes ya sin nieve,
y buscan más allá de las montañas
la paz con el silencio que merecen.

Se busca a Dios, se grita a las alturas,
se pide soledad para el ausente,
se pide la limosna del mendigo,
rendido por el hambre, que se duerme.

La eterna algarabía de la vida,
escucha tantos gritos del rebelde,
del hombre inconformista que así grita,
que pide de manera irreverente.

Más todo es soledad en el silencio
y siendo espectadores los cipreses,
su sombra se proyecta por el suelo,
mezclándose con rosas y claveles.

Hay una fantasía desbordada,
mezclada en el ambiente de las gentes,
se piensa que el jolgorio de las masas
condensa la doctrina y los placeres.

Se vive día a día los segundos,
se vive simplemente en el presente,
obviando que hay más vida que esta vida,
y un día probaremos de sus mieles.

La vida del silencio en el desierto,
la eterna soledad que trae la muerte,
la paz de los sepulcros blanqueados
las almas de los hombres tan ausentes.

"...He venido a buscar la soledad,
mi soledad, al fin, mi propia suerte,
la eterna soledad que tanto busco,
el roce del silencio por mis sienes..."

Rafael Sánchez Ortega ©
06/08/10

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