viernes, 25 de febrero de 2011

VIEJO ES EL MAR QUE RENACE...


Viejo es el mar que renace
con sus olitas traviesas,
un verdeoscuro gitano
tiñe sin más su melena.

Él va de noche a la playa,
entre el salitre que lleva,
viene cansado del viaje
hasta dormir en la arena.

Y ese viejito tan ñoño
es nuestro mar que se anea,
él sube y baja cantando
viejas canciones señeras.

Viejas canciones que nacen
de un corazón que se orea,
laten que laten sus olas
sin importarles fronteras.

Viejo es el mar, desde luego,
como es el arte y la pesca,
del marinero que busca
ese jornal y su cena.

Por eso nacen canciones
y se comentan leyendas,
de capitanes y barcos
y de sufridas traineras.

Todo es un baile constante,
es una danza perpétua,
entre los mares que saltan
junto a las olas que llegan.

Yo las contemplo en silencio
con la mirada serena,
mientras mis labios tranquilos
una oración ya les dejan.

Viejo es el mar desde siempre,
viejos sus labios de seda,
pero renace de nuevo
para besar las estrellas.

Para sentir el susurro,
el parpadeo y estela,
de ese cometa que pasa
y en un segundo se aleja.

Abajo quedan los mares,
las aguas fieras e inquietas,
el torbellino que ruge
sobre la costa y la tierra.

Golpe que sueltan las olas,
látigo cruel que resuena,
es el chasquido y la rabia
de la resaca violenta.

"...Viejo es el mar que renace,
viejo el marino de aldea,
ambos esperan la aurora
ambos con ella se acuestan..."

Rafael Sánchez Ortega ©
25/02/11

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