lunes, 15 de agosto de 2011

VOY...


Voy a intentar buscar bajo las piedras
aquello que no encuentro por los cielos,
la huella de la mano creadora
y el polvo y el sudor de los obreros.
Quizás encuentre solo las cenizas,
los restos del volcán y los anhelos,
las voces apagadas de los hombres,
las toses de sus pechos en invierno.

Las piedras del camino están gastadas,
bañadas por la lluvia y por los vientos,
y son testigos fieles de un pasado
quedado en el olvido y el recuerdo.
Pero a pesar de ser un tiempo ya remoto
allí estarán las nieves y los hielos,
las miles de semillas desprendidas
nacidas de los pechos tan contentos.

Atrás la juventud con la esperanza,
quedó en un pasado de recuerdos,
atrapada entre espinas y entre rosas
en medio de veranos soñolientos.
Pero la voz que clama en la distancia
es esa voz que dice que no has muerto,
es esa voz, quizás desesperada,
que dice que estás vivo y en silencio.

Silencio que le guardas en el alma,
silencio que te rompe hasta los huesos,
silencio de unos labios temblorosos
que piden las migajas del hambriento.
Pero el otoño fiel ya está pasando,
el invierno se acerca con esmero,
la nieve va brotando de las sienes
y salen los temores de su encierro.

"...Voy a intentar buscar bajo las piedras,
decía no hace rato en estos versos,
quería convencerme de que existo,
que amo y soy amado por quien quiero.
Pero la soledad viene conmigo,
es compañera fiel en mi desierto,
es esa piedra gruesa que yo arrastro
y envuelve con cenizas tantos sueños..."

Rafael Sánchez Ortega ©
15/08/11

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