sábado, 10 de septiembre de 2011

LO DESESPERANTE ES QUERER DECIR...


Lo desesperante es querer decir
y no poder llevarlo hasta el cuaderno.
Querer escribir de algo y para alguien
sin acudir palabras a los dedos,
querer decir lo que desborda el alma,
tonterías que van al desaliento,
la eterna fantasía de la infancia
con la oración a Dios en el silencio.

Pero escribir es algo para alguien,
en la figura dulce que yo quiero,
en esa sensación que llega ahora
y baja con su nombre desde el cielo.
El nombre sugerente de la Lluvia
es nombre de princesa sin complejos,
a veces se confunde con el agua
que baja por el río hasta el océano.

Sin embargo me faltan esas ganas
esa ilusión y el roce de tus dedos,
en esa comunión del cuerpo y alma
mezclados en la tierra por el viento.
Y entonces me sublevo y lucho y grito
buscando mis sentidos lo que anhelo,
sabiendo que se apagan las hogueras
y saltan mil chispazos de los leños.

Entonces el vacío es absoluto
y surgen los demonios y los miedos,
te ves cual marioneta de la vida
que sale reflejada en un espejo.
Te ves tan solitario y ermitaño
que rompes las cadenas de tu asedio
y gritas y protestas hacia el alto,
dejando de luchar cuando ya has muerto.

Rafael Sánchez Ortega ©
10/09/11

1 comentario:

  1. Qué frustración da cuando se quiere escribir y no se puede, porque parece que nos falta una motivación que se nos ha hecho fundamental. Quizá el truco esté en emitir lo que estamos sintiendo y no lo que nos gustaría sentir. Salvando las distancias, es como lo que te conté por MSN, ahora mismo no me nace escribir ficción ni poesía. Sin embargo escribo lo que me toca escribir ahora. Un abrazo.

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